Valor del Mes
Tolerancia
La tolerancia es un valor que se manifiesta en el respeto y reconocimiento hacia los demás, aceptando la diversidad. Este valor le da sentido a la diversidad de creencias y opiniones, haciendo que las personas sean capaces de ponerse en el lugar del otro.
El respeto es un valor que implica la aceptación y valoración positiva del otro por ser persona. Es una aceptación sincera de sus cualidades, actitudes y opiniones, y también, implica la comprensión de sus defectos. El respeto crea un ambiente de seguridad y cordialidad que permite la aceptación de las limitaciones ajenas y el reconocimiento de las virtudes de los demás. Evita las ofensas y las ironías; no deja que la violencia se convierta en el medio para imponer criterios. Todos sentimos que tenemos el derecho a ser respetados por los demás en nuestro modo de ser, de actuar y de expresarnos, lo que exige de nosotros el deber de respetar igualmente a todas las personas.
La justicia es la virtud de dar a cada uno lo que le corresponde. Entendemos por justicia una virtud que identificamos como armonía, también como el respeto a los derechos de los demás, el cumplimiento de los deberes, la repartición equitativa de premios y castigos y, por otra parte, la instancia que juzga y proporciona el castigo a las faltas.
Es la facultad o capacidad del ser humano de actuar según sus valores, criterios, razón y voluntad, sin más limitaciones que el respeto a la libertad de los demás.
La responsabilidad es la capacidad de cumplir con el deber, poniendo cuidado en la toma de decisiones y/o en la realización de determinadas acciones. Implica la capacidad de reconocer y aceptar las consecuencias de un hecho realizado libremente.
Como honestidad se designa la cualidad de honesto. Como tal, hace referencia a un conjunto de atributos personales, como la decencia, el pudor, la dignidad, la sinceridad, la justicia, la rectitud y la honradez en la forma de ser y de actuar. Una persona honesta demuestra que lo es incluso en detalles simples de su vida, como en las acciones, en lo que expresa, dice o piensa.
La solidaridad es un valor que nace del ser humano y se dirige esencialmente hacia él. Es una virtud contraria al individualismo y el egoísmo, se refleja en el servicio como búsqueda del bien común, e intenta solucionar las carencias espirituales o materiales de los demás. Todo esto implica discernimiento y empatía, puesto que todos vivimos en sociedad y todos necesitamos de todos en este barco de la civilización.
El patriotismo es el amor a la tierra que nos vio nacer y crecer; es el sentimiento que nos lleva a ser útil a la patria ya sea mediante la ciencia, la política, las bellas artes o el trabajo en general. El amor a la patria no puede llevarnos a olvidar que también somos ciudadanos de una patria universal, que debe encontrar su fundamento en el sentido humano de la fraternidad y de la solidaridad internacional. No es necesario negar la patria para ser ciudadano universal pues los seres humanos tenemos que caminar en esa dirección, hacia un sentimiento de interés común de todos los pueblos. Entonces, podremos disfrutar como ciudadanos del mundo, de la armonía y de la paz universal.
Es la capacidad de pensar, ante ciertos acontecimientos o actividades, sobre los riesgos posibles que estos conllevan y adecuar o modificar la conducta para no recibir o producir perjuicios innecesarios. El ser prudente indica que la persona es capaz de discernir cuando ejecutar una acción, midiendo consecuencias y siendo empático con lo que esto pueda causar en otros individuos.
La tolerancia es un valor que se manifiesta en el respeto y reconocimiento hacia los demás, aceptando la diversidad. Este valor le da sentido a la diversidad de creencias y opiniones, haciendo que las personas sean capaces de ponerse en el lugar del otro.
La fraternidad es la virtud que se manifiesta en la unión y buena correspondencia entre hermanos o entre los que se tratan como tales. La fraternidad es un sentimiento de hermandad, que a su vez, implica comprensión, diálogo y reconocimiento. Todos pueden ser hermanos en cuanto logran vivenciar la común relación con el principio de la vida.