Liceo Osorno College

Un homenaje a nuestro estudiante Diego Rosales Velásquez: la sala de Apoyo al Estudiante lleva su nombre

Con una placa con el nombre de Diego Rosales Velásquez en la sala de Apoyo al Estudiante, la Corporación Educacional Masónica de Osorno y el Liceo Osorno College han realizado un homenaje al querido estudiante que, luego de una dura enfermedad, nos dejara en junio de 2023.

A la ceremonia asistieron los padres de Diego, Ingrid Velásquez y Oscar Rosales, familiares cercanos y las principales autoridades del colegio encabezadas por el Rector Luis Muñoz. También estuvieron sus educadoras de párvulos, asistentes de la educación, profesores y el equipo del Departamento de Apoyo al Estudiante, con su coordinadora Dianehett Sepúlveda, quienes lo conocieron desde muy pequeño y siempre lo recuerdan con profundo cariño y admiración.

Entre los presentes estuvieron también representantes del Centro General de Padres y Apoderados; y todos los estudiantes de 3° medio que fueron sus compañeros de curso y que, en esta ceremonia, compartieron la emoción de recordar la fortaleza y generosidad de Diego.

El rector Luis Muñoz expresó que “rendimos un homenaje a Diego, nuestro querido estudiante que nos enseñó que tener la certeza de que estamos aquí para convertirnos en buenas personas es más trascendental que cualquier logro académico. Él nos invita a tener una reflexión profunda sobre eso”.

La autoridad agradeció a sus padres, Ingrid y Oscar “por haber aceptado que realicemos esta ceremonia y que este espacio – tan importante para nosotros y que hoy cobra un significado más especial- pueda llevar su nombre y que la energía y luz de Diego permanezcan siempre entre nosotros”.  

Su recuerdo

Con profunda emoción, Ingrid Velásquez recordó que su hijo ingresó al Osorno College a Pre Kínder en el año 2012: “mismo periodo en el que fue diagnosticado con Trastorno del Espectro Autista de alto funcionamiento. Desde ese momento, este lugar conquistó su corazón. Para él el colegio iba más allá del proceso enseñanza-aprendizaje, lo consideraba como un sitio edificante, donde fue acogido, integrado, aceptado y fundamentalmente valorado”.

La madre de Dieguito agregó que “habitualmente me siento conmovida por su corto paso por esta vida, su ausencia me aniquila, la partida del ser más amado es muy dolorosa. Sin embargo, la intensidad de su existencia, su lucha infatigable al enfrentarse a un enemigo mutilador como lo es una enfermedad tan cruel, su fuerza desmesurada, su íntimo sufrimiento -que escondía a través de una cándida sonrisa-, sus saturadas infusiones de ánimo y persuasión a pesar de las adversidades; y, por sobre todo, su fe en Dios, no hacen más que enorgullecernos y sentirnos bendecidos de cruzar su vida con las nuestras”.

Por último, Ingrid sostuvo que “una vez más, expresamos nuestra infinita gratitud ante tan honorable reconocimiento a Dieguito, deseando lo que él siempre soñó: la base del colegio está construida y sustentada para que cada estudiante sienta que en este lugar se crece, se comparte, se estrechan relaciones afectivas, se disfruta y se vive”.